Sueños cansados
Los vaivenes de la vida pueden discurrir entre caminos cortados. Muros de hormigón se presentan ante nosotros para hacer de los sueños odas imposibles, y los sueños cansados se echan a dormir en la cama del azar esperando ingenuamente que el devenir del tiempo se pronuncie.
Los muros son sólo muros, nada hay que nos hable, a priori, de su fuerza, y es que hay muros que de finos son eternos, y muros gordos que el suspiro del tiempo derrite en el olvido.
Hay muros que nunca se abrirán, muros que se abren o que el tiempo abre, y están los que derruidos ofrecen sendas que ya no queremos pisar, demasiado tarde, y aunque pronuncien tu nombre y te llamen prefieres aguardar, como si ya no fuera ése tu sueño.
El despertar de sueños dormidos se hace exigente con el tiempo, supongo que para dar sentido a la espera, y ya no basta con que se asemejen porque en este punto lo queremos todo... o no queremos nada.