Quiso ser árbol
Mientras se alejaba se dice que en sus pasos se podía sentir el eco del viento, que su rostro susurraba historias viejas, y que su mirada cansada parecía por momentos recobrarse, devorando para el recuerdo palmo a palmo la tierra que pisaba. Jamás regresaría.
Pegado a esta tierra, de hondas raíces, quiso ser árbol, y así fue hasta que, sangre, savia castellana, el hacha del destino le obligó a partir.